lunes, 29 de julio de 2013

El Jesús Gnóstico

Para muchos, el conocimiento sobre Jesucristo y su mensaje no es claro, sino más bien, bastante difuso y confundible con la de otros fundadores de religiones. Incluso esto es así para muchísimos de los que profesan creer en él, mas por inercia religiosa que por vivencia personal. Su imagen más común es la de un fundador de una gran religión con un bonito mensaje moral, similar a Buda, Confucio, Mahoma y otros. En esta situación no debe sorprender que los Cristos alternativos puedan propagarse y ganar adeptos. Nuevos eruditos, iluminados y profetas han salido a declarar que tras sesudas investigaciones históricas, preclaras indagaciones teológicas y extraordinarias revelaciones de entes extravagantes y trascendentes. El Jesús de la historia y de la Biblia no sería el verdadero, sino que existiría otro oculto por los seguidores del impostor. 

Este “sabroso descubrimiento” de un nuevo Cristo fascina a mucha gente. También contribuye el hecho de que en nuestro actual contexto socio-espiritual se espere un cambio de paradigma. Se desea un Cristo menos absolutista, mas New Age y por tanto, mas relativo y flexible. El Jesús Dios resulta muy absolutista y moralmente extremista para muchos. Por ello, si alguien propone una alternativa a esta imagen, será bienvenida y promocionada al margen de las polvaredas que puedan producirse por los defensores del Jesús tradicional. 

Anteriormente vimos al Jesús mito, el que fue inventado y no existió. Al Mesías fracasado o, mejor dicho, “falso Mesías” tan defendido por el judaísmo ortodoxo y cierto sector de intelectuales. Al Jesús avatar de extracción oriental, tan defendido por aquellos que no conocen bien al Jesús bíblico y están empapados con la visión filosófica de oriente. Ahora veremos al Jesús Gnóstico, aquel que nació en épocas tan tempranas como el siglo I de nuestra era y ha seguido latente hasta reeditarse y promoverse en el siglo XX y el actual. Este Jesús está presente en la masonería, en el ocultismo, en el casi desconocido pero influyente Libro de Urantia, en las obras de J.J. Benítez (la serie Caballo de Troya y La rebelión de Lucifer) y para terminar ésta lista, con seguridad incompleta, aparece recientemente en la famosa novela de Dan Brown “El Código Da Vinci” y en el gnóstico evangelio de Judas promovido por National Geographic.

Evidentemente, no pretendo decir, que todos los grupos religiosos y filosóficos así como los autores anteriormente aludidos tengan una idéntica visión del Jesús Gnóstico, pues cada uno le otorga varios matices y también hay que decir que el gnosticismo nunca ha sido un bloque monolítico sino que han existido y existen en él distintas versiones. 

ORIGEN 

Los gnósticos traen su nombre de la palabra griega “gnosis”, que significa “conocimiento” o “ciencia”. Era una escuela de misterios, como muchas de las existentes en la Roma de principios de nuestra era. Estas escuelas, o también puede decirse, religiones de misterios, fueron asimilaciones de doctrinas venidas de oriente (hinduismo, budismo, zoroastrismo, mitraismo, etc.) que se instalaron en occidente sincretizándose con otras doctrinas locales de Egipto, Mesopotamia y especialmente de Grecia, En esta última, el platonismo y el pitagorismo ya sintonizaban bastante bien con muchas doctrinas orientales. 

Al tomar contacto con la tradición hebrea, asimilo sus actores teológicos y, al aparecer el cristianismo como extensión del judaísmo, también lo hizo con los suyos formándose así un gnosticismo cristiano distinto del pagano. En esta nueva síntesis gnóstica se habría de ver a Jesucristo y su mensaje desde la óptica de su tradición mística. 

Para la misma, existe un Dios incognoscible, no personal e independiente del cosmos. Según esta interpretación el Dios bíblico es una criatura inferior jerárquicamente, no sería el ser absoluto sino un demiurgo (creador) con conciencia de sí mismo que llego a decir "Yo Soy" y así adquirir una malvada individualidad frente a la deseada y buena unión con el Todo. Este ser rebelde, el Jehová de la Biblia, creo el universo material y creo unos seres a los que infecto con la conciencia de sí mismos y así los separó del todo para sumergirlos en la ilusión del mundo. Otro ser bueno, llamado Lucifer quiso liberarles del yugo de esclavitud al cual Jehová les sometió para obtenerse de los naturales impulsos que los seres humanos poseen. Por ello en Edén él les indico el camino para llegar a ser dioses, de cómo tener conciencia de su divinidad a través del conocimiento de sí mismos y así otra vez fundirse con el todo, aquel Dios supremo, pero paradójicamente, incognoscible, inaccesible e impersonal. 

En este escenario aparece Jesucristo. 

¿Cómo Dios? No, aunque divino e inmaterial para algunos (docetismo) y solo humano pero exaltado para otros (adopcionismo). 

¿Cómo el hijo de Jehová? No, ya que Jehová es el diemurgo malo y su padre no puede ser él. Más bien sería un Dios más grande su creador (el incognoscible) y uno más entre muchos de sus hijos (eones). 

¿Cómo salvador? No, no tiene como fin redimir con su justicia a la humanidad sino mas bien ha sido enviado a revelar el “conocimiento completo” de nuestra propia divinidad para llegar a nuestra autorrealización. Dios no realiza al hombre, este se realiza a sí mismo a través de la gnosis. 

¿Con un mensaje sencillo? No, es iniciático, es decir, su verdadero mensaje es solo revelado a los iniciados. 

En cuanto a sus prácticas tuvieron 2 vertientes; Por una parte los que creían que siendo el espíritu lo que debe cultivarse, y por tanto el cuerpo, es decir, la materia, es impura y debe reprimirse, predicaron que era necesario, para alimentar y liberar el espíritu, mortificar la carne y someterla a padecimientos. Esta idea penetro en el cristianismo católico romano y es origen del silicio (técnicas de mortificación de la carne mediante artilugios tales como prendas abrasivas, mallas de alambres con púas, etc.). De otro lado surgieron los que sacaron la conclusión opuesta, pues ya que la salvación (autorrealización) depende únicamente de la gnosis del espíritu, el comportamiento del cuerpo es moralmente irrelevante, por lo tanto, es libre de asumir toda clase de goces sensuales. 

Como creencias comunes compartieron la doctrina de la reencarnación e igualmente, como en el misticismo oriental, se buscaba romper el ciclo de reencarnaciones a través de la gnosis (iluminación). 

Vista esta versión de Jesucristo con su peculiar teología queda la pregunta: 

¿Es este el verdadero o es el impostor? 

Para responder esta pregunta es necesario responder a estas preguntas: 

¿Se invento un falso Jesús que vivió en la Judea del siglo I, predico, fue condenado por la blasfemia de decir que era Dios por parte de las autoridades religiosas judías y crucificado por las autoridades romanas? 

En el primer capítulo llamado “El Jesús mito” se demostró que Jesucristo es un personaje histórico y que efectivamente murió crucificado. No hay base por tanto para afirmar, salvo por una maliciosa presunción, que sea un invento de Pablo o sus seguidores, existiendo otro muy distinto, como los defensores del Jesús gnóstico alegan. 

¿Fue su misión ser un gran maestro de la gnosis para un selecto grupo de iniciados o vino como redentor para reconciliar al mundo con un Dios personal que les ama? 

El mismo afirmo: 
“Porque de tal manera amo Dios al mundo que envió a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16 
“Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia” Juan 10:10
“Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” Juan 8:12
“Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi, aunque este muerto vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” Juan 11:25-26 
Jesús dijo estas cosas a un amplio auditorio de personas no solo a los 12 discípulos. Incluso las declaraciones propias de conversaciones personales no estaban destinadas al secretismo sino más bien a la divulgación y por ello se reflejan en los evangelios. 

¿El hombre sé autorealiza o Dios realiza al hombre? 

Él dijo: 
“Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Y como moisés levanto la serpiente en el desierto, así es necesario que el hijo del hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:13-15 
Obsérvese que enfáticamente afirmó que nadie puede autorrealizarse al decir: “Nadie subió al cielo”. Más bien sostiene que es Dios quien implementa un método para rescatar a la humanidad y para ilustrarlo refiere el incidente de la serpiente. Durante el éxodo Israel no tenía aún el temple espiritual para ser fiel a Dios y a menudo se rebelaba contra Dios y regañaba de sus circunstancias. Dicho pecado fue castigado por una plaga de serpientes del desierto que mordían a muchos causándoles la muerte. Ante el clamor del pueblo Dios instruyo a Moisés que hiciera una serpiente de bronce, la cual izaría en alto para que el mayor número de personas del campamento lo pudiera ver y que todo aquel que mirara a la misma sanaría de la mordedura y viviría. Esta es una figura de Jesucristo con 15 siglos de antelación a su venida al mundo, pues en efecto, él como la serpiente de bronce sería izado en la cruz para que todo aquel que creyera en él se salve, no de la muerte física, sino de la muerte espiritual, la eterna separación de Dios. 

Este pasaje a sido usado por algunos gnósticos para relacionar erróneamente a la serpiente con Jesucristo y afirmar en consecuencia, que la serpiente de Edén era él, y Lucifer, el bueno de la película, es en efecto Jesucristo. Esta nefasta conclusión parte de una maliciosa interpretación del pasaje referido. Recordemos que la razón de hacer una serpiente de bronce era reflejar la derrota del causante de las muertes por mordedura, la serpiente. Del mismo modo, Jesucristo fue colgado en la cruz para reflejar la derrota del causante de nuestra muerte espiritual; el pecado. Nosotros tendríamos que morir allí por nuestra culpa, pero fue él quien lo hizo y con su victoria sobre la muerte mediante su resurrección es totalmente competente para salvarnos de la muerte espiritual. No hay pues ninguna identificación entre ambos personajes.

¿Es la carne impura y por lo tanto hay que mortificarla? 

Esta creencia gnóstica y también común en otras filosofías no tiene apoyo bíblico alguno. Ya el apóstol Pablo exhortó a los cristianos de Colosas para prevenirles de las ideas gnósticas que ya entonces querían penetrar y adulterar la doctrina cristiana. Dijo: 
“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas basadas en las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo y no según Cristo.” Col.2:8 
“Si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivierais en el mundo os sometéis a preceptos tales como: ‘No uses', ‘No comas', ‘No toques'? Todos estos preceptos son solo mandamientos y doctrinas de hombres, los cuales se destruyen con el uso. Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría, pues exigen cierta religiosidad, humildad y duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.” Col.2:20-23 
¿La salvación es por el conocimiento de la gnosis? 
“Por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe.“ Efesios 2:8-9 
Este extraordinario pasaje es claro y contundente al definir la autoría de la salvación (realización) humana como don de la gracia de Dios. Al decir: “y esto no de vosotros” descarta enfáticamente la autorrealización a través de cualquier conocimiento o disciplina basada en obras morales; “No por obras para que nadie se glorié”. Identifica que lo único que demanda Dios de los hombres para ser salvos es, tan solo, recibirla por medio de la fe en Jesucristo.

¿Significa esto que las obras no son importantes?

No. Veamos el verso siguiente:
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Efesios 2:10
Esto significa que las obras son el fruto de la fe. Son la consecuencia de la acción de Dios sobre aquellos que han aceptado su salvación.

¿Tiene Jesús otro padre aparte de Jehová? 

Esta idea tiene 2 fines. En primer lugar negar la condición del Jehová de la Biblia como Dios absoluto todopoderoso y devaluar su condición a criatura del cosmos, no sobre el cosmos. En segundo lugar inferir que su justicia, consistente en prohibir y castigar el pecado, le hace un ser malvado e irritante en contra de otro bueno, Lucifer, que sería el libertador de la opresión de Jehová y dador de la gnosis. 

Este inversionismo de carácter satánico es la médula doctrinal del ocultismo, la masonería y otras filosofías anexas. En dichos círculos no es nada raro encontrar afirmaciones que señalan que Satanás es un gran señor y poderoso caballero de luz. Los demonios resultan buenos ayudantes de la humanidad para su camino a la trascendencia. Jesús es un mentiroso que dijo que era Dios sin serlo. La Biblia es un manojo de mentiras y errores lamentables, etc. 

Pero estas ideas no son nuevas. Ya Irineo de Lión en el siglo segundo presento refutación a algunas de estas ideas: 
"Por lo tanto, que ninguno piense que existe otro Dios Padre distinto de nuestro Creador, como lo imaginan los herejes, que desprecian al Dios verdadero y hacen un ídolo del Dios inexistente, creándose un padre por encima de nuestro Creador y tienen para sí el haber descubierto algo más grande que la verdad. En realidad todos estos son impíos y blasfeman contra su Creador y Padre como ya hemos demostrado en la Exposición y Refutación de la falsa gnosis. Otros, todavía desprecian la venida del Hijo de Dios y la economía de su encarnación trasmitida por los Apóstoles y vaticinada por los profetas para la restauración de la humanidad, como concisamente hemos demostrado. También a estas personas hay que contarlas entre los incrédulos. Otros todavía no acogen los dones del Espíritu Santo y rechazan el carisma profético, por cuyo rocío el hombre produce frutos de vida divina. De estos dice Isaías: Serán como un terebinto sin hojas y como un jardín sin agua. Estos no son de utilidad alguna para Dios, pues no producen frutos." Demostración de la predicación apostólica (Epideixis) 
Finalmente tenemos la advertencia que el apóstol Pablo formuló a Timoteo  con relación al amenazador gnosticismo de sus días al decir:
“Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas y argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos se desviaron de la fe.” I Timoteo 6:20
Y ya sabemos que la palabra “ciencia” es la traducción de la palabra griega “gnosis”.

Ahora queda la última pregunta. 

¿Era Dios o solo un hombre sabio? 

Para responderlo veamos el post siguiente. 

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